jueves, 7 de noviembre de 2019

Voy a decir solamente

Cuando me adhiero a ti, cuando te abrazo 
crece la música inevitable
la que brota de la fricción
delgada y sentida de nuestros cuerpos
cuerpos pulsantes bajo la vela de un cuarto oscuro
donde brillas en lo profundo
desatando mi corazón entre cintas como cortezas
de cortezas como susurros 

Liberadas las luciérnagas
nos expandimos en cada contorno 
entre raíces entrelazadas tibiamente aferradas 
de presagios como ríos que nos tocan la boca

Somos dos partículas de polvo flotando en la luz
ciegas de sí mismas
Habitamos el corazón de un pájaro
la mano firme del rayo
el cobijo del agua 
la dulzura del aire 

En ambos corazones crece una flor amarilla
cuyos pétalos son movidos levemente por la brisa 

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