miércoles, 6 de noviembre de 2019

A veces dejamos que el mar llene el vacío

Sin restarle mérito a lo tangible
en la soledad del pasillo
la mejilla apoyada en la pared

Con parpadeos más extensos
parece más real el sueño
y todo en el lienzo
se dibuja con el pulso

Azul de metileno en el cielo
déjame decirte:
no me canso de soñarte

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