Al despertar
antes de la llegada del recuerdo
en ese instante
somos igual que la mañana
en ese pequeño instante
suspendidos en el vacío
tenemos el peso de una pluma
somos las primeras palabras de un niño
la promesa del eterno bien
el ánimo del rocío
la esperanza de un nuevo viaje
Como nacido de nuevo
el secreto es revelado
con su inocente sonrisa
Mientras la memoria
de nuestros otros días espera tras la puerta
para llevarnos fuera de casa
Así las estaciones nos habitan
y al final de la jornada
una buena estrella nos espera
Soñamos este mundo y el otro
en infinitos pasajes
bajo la aguda mirada de la luna
que con su luz plateada
tras la cortina
avanza como un lento río
por los pliegues de la cama
alumbrando la pieza oscura
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