En el espejo sagrado
colgado en un antigua pared
cerca de un río
caminamos
No es un cuadro
pero parece una pintura
detenida y puesta sobre la almohada
vestida de un entrañable papel mural
Llevo conmigo aquello
la muda sensación que nos dejan otras vidas
y sorteamos
ese regalo
como lo ciegos miran las estrellas
Su brillo vive
cuando tallo la compacta arena
y de ella
el inocente regalo
del niño que fui
-Yo te tallo un corazón de tierra
símbolo de la raíz, del árbol sagrado,
de la ruta que trazamos en este encuentro-
Brilla el sol en el mar
en la acuarela de su cuerpo
y mi corazón se posa junto al tuyo
Siempre te encuentro
en las miradas perdidas
Habitas en todos mis horizontes
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