con su frágil petril
como el delgado vestido en el viento
Pero esa delicadeza
también posee ladridos
Confiar en las sirenas
en todas las caras del diamante
Hubo una vez
un roce
y esa flor fue deshecha
por la luz
Hay inocentes ilusiones
y persistentes destellos
No pretendo alcanzar
la velocidad del deseo
ni la terquedad de los fantasmas
- que vuelven -
Sigue siendo tan curioso un querer
que sin querer siembra tibieza
Porque esta voz
que es percibida por los gatos
también es alcanzada por tus ojos
Y la tuya
cautiva
sale a la noche
se une a la mía
en un cuerpo carozo
que busca amor
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