A veces escribo sin letra
sobre en el temblor imperceptible de la pupila
El hilo que me separa de la estrella se tensa
y una música lejana me orbita
Dos astrales me acompañan en el sueño
y en el susurro secreto de las cosas
Tengo en la punta de los dedos
el deseo de un hada escurridiza
La luna me olfatea el pecho
y mueve su cola ondulante en el mar
Mi corazón se agita
tras el galope de cien caballos al sol
Nuevas flores crecen
en los caminos invisibles que dibujan los pájaros
Toda una era se extingue
en un parpadeo
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