En el humo de las ramas al amanecer
con el mínimo tizón en sus puntas
me apareces como un sueño blanco
de lejanas camanchacas del cerro
Ahí donde balan las ovejas y las estrellas
te vi tocar una tórtola blanca
mientras ascendias en el columpio
cada vez más cerca del cielo
Eras una niña de verdes ojos morenos
con la inocencia y los labios pintados
de manos secas
de risa encantada
en tu voz las truchas mordían conscientes el anzuelo
Yo te recuerdo debajo del trino del gorrión
llegando a la escuela
y mi mejor amigo buscando tu voz
como se busca una estrella viajera
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