domingo, 30 de agosto de 2015

La tarde apaga la luz primero

La tarde no se cansa
pero reposa su aliento
en una brisa de mar

Sutilmente ascienden los barcos
en un movimiento ligero

Se pone el saco
y en los cálidos cuellos se mese

En el vaivén de los pasos de la gente
se puede ver desde el suelo
los ecos de su silueta

Busca las ventanas para el recuerdo
y es el camino predilecto de la esperanza

La tarde apaga la luz primero
y con su último aliento
se desnuda 

Le dicen noche a su cuerpo estrellado

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