pasa un avión ondulado por el canto del grillo
A la vuelta de la esquina viene Pedro
Su presencia es advertida por el sonido de sus pasos
A la izquierda la zapatilla
A la derecha el bototo
Treinta años en las calles
le dio glamour a su soledad
refinada por la risa
Su banca de cabecera lo espera
Busca en su mochila de mezclilla
la botella de soda casi nueva
Con sus manos de pintor de barro
prende un cigarrillo de otros cigarrillos
Fuma con tranquilidad oyendo el tabaco quemarse
Recuerda lo necesario sin incomodar el presente
En el barrio tranquilo sólo los perros ladran
Frunce el ceño
él prefiere el silencio
Abre la botella de soda con el gas acumulado
suena "tssshuss"
Los ladridos de los perros se enmudecen
como quien corta la música en la fiesta
Pedro ríe
y calla
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