jueves, 13 de noviembre de 2014

El río el árbol y el cielo

Visité un río seco
de esos de rocas en vez de peces

Llegué por el camino del viento

y el eco de los camiones

La arena se desnuda cada vez que avanzo

Yo le correspondo como un caballero y me tapo los ojos

Me acompaña una plantita cuyo nombre 

no pienso averiguarlo
prefiero llamarla amiga por decirme
esa maravilla de silencio

Aun sin el agua las piedras siguen cantando


Qué valentía la del mosquito de visitar al río

después de tanto tiempo

Todas las ramas del árbol apuntan al cielo

A pesar de la sequía esperan la lluvia

Me emociona ver que la sed no es espina

ni desaliento

Sopla el viento...


Hay un engranaje cósmico en todas las cosas

Si el río está seco
arriba en el cielo azul
abundan peces sobre un coral de nubes

El agua nunca perdió su curso, supongo

sólo avanzo sin detenerse antes de convertirse en polvo

Tal vez algo de ese río habite en mí

quizá la humedad de mi sudor que cae en las hojas 
luego a la arena
convirtiéndose en río
un pequeño río otra vez  

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y es que el mundo sigue girando pase lo que pase... nada se detiene; en ocasiones, por suerte y en otras, por desgracia.

Me gusta aquello de que las piedras sigan cantando... tiene una melancolía especial...