martes, 17 de junio de 2014

Con el favor de un soplido

No he querido limpiar el ventanal manchado por la lluvia
porque aquí no llueve mucho y en la humedad 
se dice 
crecen las semillas

Es probable que el viento arrastre
ahora que pienso en el bosque
una pepita de olmo

En esa posibilidad me quedo
le escribiré a la nubes
las llenaré de versos
Satisfechas de palabras
no todas digeribles para un cuerpo etéreo
mojarán la tierra y la camisa de un taxista
Él desviará el camino
tomaré ese taxi
subirá un niño que por vez primera mira la lluvia
y le diré que afortunados son sus cuerpos
que juegan empapados en cada esquina recorrida por el auto

Llegaré a casa sin sentir frío
pensando en todas esas veces que pude decirle al taxista:
déjeme acá en este bar donde puedo beber cerveza
Veré a mi perro sediento de correr por la arena y a mi hija diciendo: "papá"
La miraré con ternura pero esa ternura desgarradora
La abrazaré con todos esos abrazos que nos faltan cada día
amándola hasta sentir miedo
sin culpa de sentir miedo
porque algo así no debe acabarse nunca

Pero ella no temerá
encausará la risa a ese lugar donde cae la lluvia
y algunas gotas de ellas en mi ventana
Pasarán largos inviernos
y la lluvia seca se adherirá a mis huesos
para después la muerte y el polvo
Con el favor de un soplido
tan sólo un soplido
ascenderé a las nubes
y otra versión de mí caerá
a un lugar donde llueva todo el tiempo
Seré esa gota en la ventana
que se escurre hasta el fondo
me absorberá una raíz que crece en los muros
viajaré en la boca de un pájaro
y sobre la rama de un viejo olmo

susurraré mi historia al unísono con el viento






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