Intenta sacar las manos de las mías
yo no las aprieto querida
es la música
la sustancia que escapa de tu copa
cuando apenas separas los labios
y la crema roja abre sus piernas a tu voz
Conjuro de violín acuático
en el mar de los cuerpo apretados
y tú tan dócil giras la llave de la sonrisa
para que todos bebamos de ella
y no haya sed de versos y movimientos
Vine a para aquí
a este valle que dibuja tu respiro
Lejos muy lejos de las estrellas
unido a esa oscuridad que la gente teme
por no saber que es sólo un telón parecido a tu vestido
de donde nace la esencia
la claridad eterna de tus latidos
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