Pudo ser en la ventana de un avión
entre cielos vírgenes de fin
pero fue acá
en este lugar tan ajeno a ti
excepto claro
por mi cuerpo
Debe ser la memoria celular
aunque ya no tengo ese teléfono
dígitos impares de nostalgia
porque a mi células jamás les faltaste
Pero ellas hablan su propio idioma
lo suficientemente bajo
para confundirse con el tono de voz del sol
y en la luz todas las cosas son silencio
Aún así llegaste
no lo hiciste rodeada de noches blancas
sino con el primer rostro de la mañana
como despertando del sueño de la distancia
para comenzar otro
trenzado de versos
aunque nada nos ate ya
más que el nudo en la garganta al recordarte
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