Y aun en el profundo mar
del cual poseemos su joya más íntima
con las manos llenas de aquella viscosidad azul
la poesía alcanza tu boca encendida
y en ese viaje de la luz
acompañado de sirenas y gorriones
entre tesoros que ascienden y burbujas que germinan
tu cuerpo luminiscente alzará sus brazos
y en una oscura bóveda nos quedaremos un momento
a esperar que las luciérnagas vuelvan a casa
Naceremos en todos los sitios donde destelle la luz
por más pequeña sea
hasta el último fósforo prendido en el cielo
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