martes, 29 de abril de 2025

No hay apuro

Tres palabras por kilómetro cuadrado
así con todas sus letras

En este reino de las palabras
que no dicen nada

Apenas la intención del escribiente 

Que daría un poco más de pistas en este juego de uno

Arrumarse a la orilla de la cama
escuchando canalizaciones espirituales

El café servido en punto

La tarea de entender 
que hay cosas que son de los cuentos 
y en los cuentos es mejor dejarlas
sin perder un ápice de esperanza
a sabiendas de la despiadada mentira 

Todo en uno
como marido y mujer
y su desgreñada belleza

Sin apuro

De vuelta de un largo viaje

Curado de espanto

Con los ojos brillantes de promesas

lunes, 21 de abril de 2025

Pedimos un deseo a la estrella fugaz 
que estalló tras el cerro
y cientos de caballos blancos 
con sus melenas hechizadas
nos atravesaron como flechas.

Nos maravillamos.

Miles de granitos de arena,
de oro recién nacido
se acomodaban en tu pelo.

Todo fue lento.

En el fulgor tu deseo se hizo realidad 
y tus alas de buganvilias 
fueron también pasillos sin fondo.

El tallo reptó la luz.

Colgados en la pared 
vimos nuestros rostros
revelados por los capullos
que amablemente se desplegaban.

Tú y yo tomamos distintos caminos 
en el laberinto creado.

Confiamos en el amor
porque voluntariamente
decidimos perdernos.

Pero yo guardé mi deseo
como una luciérnaga que escapa al cielo
antes que el fulgor lo borre todo.

Olvidé todas tus formas 
y cuando las lámparas se apagan
vuelves brevemente 
en la luz que retrocede
por los muros y el tiempo.

Pero a ti no te olvidé
ni aun el más alto hechizo pudo borrarte.

Y no sé si ese fuera mi deseo
pero sé que tú estás en el
como los invisibles nos miran
desde su lado de la mesa
cuando cerramos la puerta para irnos
y la luz colorada del ocaso
tiñe el agua de sus ojos vivos. 

Quisiera que recuerdes tú también
que seas la pluma desprendida del alambre 
lo casual
lo inevitable
el sonido que dispersa a la palomas
el último recuerdo de un buen sueño
la estrella divisada
que no desaparece,
que nunca fue fugaz.

domingo, 16 de febrero de 2025

*Del libro secreto 

Detrás de las ondulantes cortinas
en el eterno verano de la casa
la blanca mañana se asoma.

Los días son un larga fila de fotografías 
colgadas como la ropa,
la ropa es movida por el viento,
el viento deja caer su mano sobre tu rostro.

Creo en la historia secreta del camino,
la sorpresa que tiene cada esquina,
la misteriosa obra del amor.

Yo te veo desde adentro
tus pies descalzos,
tus manos.

Las notas del cristal destellan en el río
guardando su luz para otras vidas.

El sonido del agua nos recuerda
que debemos callar más.

Tu mano sobre mi rodilla,
nuestra casa oculta entre los árboles,
el ocaso colándose en las hojas.

Solo el corazón recordará el tibio susurro de esos días
cuando nos despertemos otra vez
con otros nombres
y las imágenes llenas de neblina se unan a los sueños
y nuestros días sean otras fotografías.

Pero la memoria del agua vivirá
y en una canción nueva
el silencio nos revelará el tesoro de nuestros corazones.

El regalo siempre fue amar.

sábado, 15 de febrero de 2025

El río resplandece en la oscuridad
tiznada por la negra luna.

Sus pequeños cristales son fulgores de otros mundos.

¿Qué es esta luz samurai, por qué el río sigue brillando,
si la más mínima estrella es opacada por la luna negra?

Es por eso que los cuerpos enamorados
son rodeados por una silueta blanca,
y en la distancia son guiados por
pequeños resplandores.

Oh samurai
el agua es más vieja que nosotros,
si nos acercamos a la orilla
podremos ver nuestros verdaderos rostros.

Del cielo negro caen pequeñas gotas de fuego
tan breves e inofensivas.

Mi corazón samurai
mi corazón es un tambor latiendo.

Quién eres acá
quién eres en mí.

Mira en la alta montaña hay un inmenso castillo ardiendo.

martes, 11 de febrero de 2025

Una parte de nosotros suena como el piano
de las baladas ochenteras que aun podemos escuchar.

De esos acordes de alma suspendida
cuyo relieve es impulsado
por los destellos de un cristal giratorio,
nacen y se deshojan
los fugaces momentos que fueron contigo. 

Así, una canción es un año
un año es un nombre
y un nombre que no pronunciamos.

Pero hay tantas cosas que no nombramos 
y pareciera que una historia mayor
-una que no podemos ver-
se reparte en fragmentos
como una lluvia de papelitos
con acordes y canciones.

Después de todo hay melodías largas y pequeñas
besos buenos y malos
víctima y victimario
salvador y salvado *hasta que cesa la rueda.

En la canción mayor prefiero trazar la ruta
por donde todas las imágenes viejas pasan.

Mi nostalgia es más bien una pregunta seria:
¿a dónde vamos cuando fuimos?

Y del resto ensoñaciones comunes, supongo,
con un poco de caminos alternativos,
aleatoriedad conveniente,
señales...

Así entonces, cuando los aviones
se convierten en estrellas fugaces
y las estrellas fugaces se convierten en aviones
pienso...
"Allá vas tú en el lado de la ventanilla
con la cabeza apoyada en el vidrio
escuchando una canción ochentera
invitándome a mirar por la ventanilla,
diciéndome:
Mira esa ciudad tan pequeñita que se ve
en el fin del mundo"

miércoles, 5 de febrero de 2025

Quisiera que nunca se fueran
estas nubes coloradas del verano.

No es de noche completamente.

Venus se asoma pero parece una estrella
¿Cómo distinguir un planeta desde esta distancia?

De pronto llegan misteriosas aromas desde mi ventana.
Mis ventanas son ventanales grandes.

Una que otra gaviota pasa.

Las cortinas se mecen lentamente.

Silencio la radio que canta todo el día
pero no puedo bajarle el volumen a todo.

¿Habrá un pájaro capaz de llegar
a las nubes coloradas donde el sol permanece?

Quizás por eso quiero que nunca estas nubes 
coloradas se fueran.

O tal vez si ellas vinieran a mí
ese trocito de cielo en mi balcón
su luz crepuscular en la pared
los remolinos de algodón en el techo.

Una leve brisa mueve mis plantas.

La noche es inevitable.

El gato pide comida.

Prendo la radio otra vez.

Tal vez mañana vuelva ese cielo.

miércoles, 29 de enero de 2025

Una palabra a la velocidad de la luz,
quizás este infinito nos contenga,
decirlo fugaz 
sobre el eje de la misma tierra
para que alcance a las palabras que secundamos

Un millar de palabras veloces e invisibles
sin azar
pensadas por el hablante que dice:
pájaro
cometa
volantín

Pero también otras palabras vendrán
y se dirá:
desierto, azul y sendero

Todo lo que se diga cruzará el cielo
y el hablante dirá lo necesario para
que las cosas más extraordinarias vuelen

En la tierra voladora de los barcos voladores
brotarán nuevas palabras y ni el hablante
ni el lector podrán pronunciarlas nunca

Unas cuantas letras quedarán
aguardando como un aro perdido 

Las consonantes de los campos y los desagües
celebrarán un concilio del sonido de sus sueños 

Y atraídas por una fuerza magnética 
reunirán sus partes
en una carta esperada toda la vida
y el hablante recitará un último verso
antes que el cielo se abra
y todas las palabras del mundo se hayan escapado