sábado, 15 de enero de 2022

En el desierto que camino -¿alguien camina conmigo?-

Las sombras se alargan 
hasta tocar la noche
y en ella
por cada nota en el xilófono
una nueva estrella aparece
entonces los pájaros miran el cielo
y son transformados en chirihues dorados 
emisarios de los debas 
madrugadores azules
arco tenso del sueño fugaz

Concedido el brillo
y el rocío pequeño de su pluma
guardan su canción madrugadora 
en la caja sagrada del corazón
que es abierta
y revelada
cada mañana
en un millar de universos
que es un puñado de conciertos
en una sola voz
en un solo trino
regalo estelar 
inconmensurable 
en el terso
silencio del desierto

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