Fuimos jóvenes e inexpertos
honramos la estrella del norte
la nube fugaz
el ojo chinito del ocaso
la danza inversa de todas esas cosas
y regresamos corriendo
atravesamos la ventana
vimos el futuro es un pestañeo,
olvidamos todo.
Despertamos
uno sin el otro
en distintos tiempos
lloramos por otros dolores
y reímos por las mismas cosas.
Nos cruzamos en la calle
de frente
sin mirarnos a los ojos
fuimos jóvenes e inexpertos
fuimos felices y desdichados
recordamos cierto aroma
que no sabemos dónde
que no sabemos qué.
Y seguimos caminando
por el borde de la sombra
de los árboles de la plaza
como dos desconocidos,
como lo que somos,
a cientos de años de nuestro primer beso.