Esta mañana las naranjas cuelgan brillantes
las calles están perfumadas con el afán de los brotes
las ventanas están abiertas
y entre las sinuosas cortinas
-sí, esta es la imagen que heredan los poetas-
tu rostro, dulce mujer
Déjame decirte algo
son tiempos muy locos
ya no se escriben papelitos
se acabaron los lentos
las cartas no son respondidas
y todos somos sospechosos
Pero tú conservas algo
eso inalterable que trasciende la locura
-Si recorres con tu dedo el agua
los barcos siguen tu curso-
y yo estoy aquí parado frente a tu puerta
como en el recuadro de una historieta
y siento tu mano cómo desliza
el aire telón para que mire el mundo
Elige -me susurras al oído-
y el mundo es un tirón de ramas
una expansión de colores
millares de pinturas en las copas
y cada fruta es un amante
Nos elevamos por sobre tu casa
porque aun este mínimo destello es percibido por la obra
y el gran pintor emerge de nuestros corazones
Eva de las naranjas
montado en un gorrión me alejo de ti
-pero otra parte tuya viene conmigo-
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