Después de tantos mundos
de tantos viajes y despedidas
Entre la muerte y los cumpleaños
el laberinto perforado
por la luz en la calamina
Retorno como vuelven
las caras del cristal
en el cielo de mí
la promesa intacta que el alma talla
con su prístino hilo
unido a su paso
incandescente y parsimonioso
Soy la distancia
entre el padre y el hijo
con los ojos del aire me miro
Del mar azul rescato el tesoro
De la tierra la forma
la sustancia de la materia
Soy pura consciencia
nada es mío y todo me pertenece
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