Corazón, músculo autónomo
rebelde innato
dos puntos
avíspame
concíliame
aguacha al lobo que merodea en la sombra
busca un lugar con tu pelusa fugaz
alumbra la tierra y la noche
seas tú la única estrella
mi brújula ligera y sencilla
Corazón muéstrame la verdad
como el piano desgaja sus últimas notas
en el polvo suspendido que aterciopela el silencio
Líbrame del barro que tapa la perla
o sea el adobe de los muros del hombre:
creencias, ritos, pesos ajenos
Sacude las hojas del árbol de la mente
a sabiendas de tu raíz infinita de adentro
Y si me caigo y si me pelo las rodillas
sáname como la lengua del perro
lame tiernamente las heridas
No hay comentarios:
Publicar un comentario