Cuando la gata cambia de piel
un animal aún más sutil
trepa por las siluetas de las sombras
pero sólo de las sombras del ocaso
así, el largo tiraje le permite cruzar la noche
donde zarpazo tras zarpazo
bota las estrellas del cielo
En el mantel negro amasa largo rato
ronronea largo rato
y maulla con tal poder
que los lagartos olvidan sus escamas
y huyen despavoridos
hacía la luna negra que los transporta
Cuando la gata regresa
se sienta en la mesa
se lava las patas
se lava panza
y clava su mirada en el herrante bicho
atrapado en el vidrio
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