Tal vez pasaré mis últimos días en el mar
en una casa
donde sólo hablen los libros y el silencio
bajo el mismo fuego que prendí cuando niño
Quizá salga muy temprano en la mañana
bajo el canto de las gaviotas
a sentir la arena fría en mis pies descalzos
siempre emocionados por los besos del agua
Pescaré sin caña
uno que otro recuerdo arrastrado por las olas
que reventarán en mi corazón
y el murmullo de espuma será letal de nuevo
No me protejeré del sol
porque será mi amigo
y mi padre en las noches de invierno
Me seguirán los perros pero ninguno como aquel
que aun apagado mi amor me esperó siempre
Volveré a casa con un papel en la mano
y un lápiz en los ojos
Me esperará no sé quién ni menos su nombre
Dejaré la harina en mis manos
antes de preparar el pan
y vendrá un poema con el mismo cuerpo
cayendo entre mis dedos
Comeré como el último bocado
y apagaré la luz para que la luna se refleje en la sopa
Con mi cabeza en la almohada escucharé la mar
y ella con sus últimos ecos me cerrarán los ojos
Pero no dormiré
soñaré despierto
como cuando niño desvelado imaginaba las aventuras de mañana
Prenderé una vela
ofrendada por un amigo
y surciré con palabras
el último dolor de mi vertice
que cruzará las estrellas para decirme:
duerme que los sueños te hablan
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