No se dice nada supongo
es una suerte de pensar
que todo ya está dicho
en el rigor del silencio
o en la quietud del silencio
No hablo de todas las palabras
sino la que antecede la propia;
una copia en miniatura de todas las palabras
plena en la medida en que los ojos vean
todo lo que no pueden ver adentro
Ser inmovil entre toda la danza
Disparo en la roza
Grito del abismo atravesado por la luz
Lenta y tenue lluvia de arena
movida por el viento
brillando por el sol
Todo adentro
todo afuera
unido por el mismo hilo que atraviesa los planetas
para dejarnos collares en el cielo
o una diadema que quiere ser palabra
en la cara sucia del niño en el barro
Nada se dice supongo
cuando de frente nos encontramos
a nosotros mismos
y no hay mentira que pueda ser verdad
en la blanca y generosa propuesta del espejo