Que no se apaga

A veces el cielo te ofrece su manto oscuro de estrellas
Una palmada en el hombro
sólo una

El empujón al abismo ligero
La blanca herida del agua atravesada por el bote
la luz mecida por el párpado
la vida como siempre
como siempre sabes...

Los días guardan las brasas que la vida crepita
y aun el más poderoso no puede quitar sus labios del viento
donde las palabras que pierden fuego
por ensanchar la luz
arden en secreta armonía
con una canción más grande

En el arrullo de una hoja sobre el agua cierro los ojos
todos los recuerdos se diluyen
y los rostros que tanto amo
viajan como el humo a un cielo infinito

La paz es soltar lo más amado
porque lo amado no tiene jaula
sólo atravieza la hebra
donde guardamos la nostalgia
amarrada al corazón

A veces el cielo te ofrece un manto oscuro de estrellas
la tierra donde pisas
la gente que amas
la voz que pronuncia
el sol que se esconde
la llama que no se apaga