La niebla tiene un corazón de sol
cuando por sus causes baja por el cerro
Uno a uno los arenales despiertan sus huesos de oro
delineando el rostro escondido del viento
La voz de la tierra hunde su canto en la mesa
en una casa cualquiera
en una mañana cualquiera
Quieta la sombra donde se unen todas las cosas
también el pan
la risa
y el día
Quien aventura el ahora
sentada
sola
frente a la ventana
escucha su voz sin palabra o pensamiento
Su daga boreal atraviesa enamorada la niebla
también el sol
el tiempo que no es tiempo
Se pregunta Antonia antes Sofía
donde irán a parar sus huesos
la respuesta la abandona
cuando recuerda:
"soy mucho más que eso"
2 comentarios:
Me llevo bastante mal con el sol y adoro la niebla. Ahora, después de leerte, quizá resulta que puedo hacer un poquito las paces con el amarillo, porque no sabía eso del corazón...
Buen finde, Franco :)
Gracias Nicky,
hay diferentes soles para todos
Saludos y buen fin de semana igual.
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