Despertar como si en los ojos una montaña
y los párpados de sable separando la tierra
Mirar otra vez la ciudad
como sólo en aquel día se miran las cosas
Desvestir mi piel desnuda
para que salga a la calle lo que soy
sin olvidar mi bufanda de versos
Andar despacito entre la gente
como pelusa llevada por la brisa
Buscar un banca concurrida por los amantes
por los cesantes y desamparados
Echar el cuello atrás
cerrando los ojos para el que sable regrese la sangre a su sitio
Dejar caer toda la montaña
Sentir las venas como raíces
Quedarme en la plaza
más tiempo que los árboles
o esa espera que el pueblo deposita en los centros
Abrir los ojos llenos de trinos
divisando otras montañas
Ver mi propia cordillera
para no sentirme solo
otra vez
3 comentarios:
Yo quiero... sobre todo lo último... y por otras fronteras...
No siempre se puede :/
Te acompaño en esta nueva semana.
No siempre, es cierto
pero la posibilidad vive
Tal vez seamos nuestras propias montañas
¡ ay esta necesidad de mirar las campos
la tierra, la sabia cordillera y olvidarse que
eso somos también cada día !
Quizás ahí la ilusión de la separación
y la poesía como un abrazo viene recordándolo en un poema.
Un abrazo, sol para tu semana (con neblina de regalo)
La neblina me la quedo, y la re adoro, cuanto más fría y densa, mejor!!!
El sol...paso, te lo dejo toito pa ti, Franco... Y es que nos llevamos re mal ;)
Y sí, las posibilidades siempre están. Es lo bueno de ser positivo :)
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