lunes, 27 de julio de 2015

Barba melancólica

A los días grises le prendo fuego para el té
y escucho música
y luego tras no saber qué más escuchar
irremediablemente me oigo 

No son tantas voces como antes
Hemos crecido en un sólo silencio
cual una voz que no ha tocado tierra
pero conoce los secretos del puerto

Por qué mi trino no es como el del gorrión
si yo también miro al cielo cuando avanzo

Por qué este día nublado
no pestañea toda su luz sobre el horizonte 
si esa línea dorada en el mar
es un río de almas 
nuestras almas

Me pregunto también 
por qué quisiera atravesar el cielo gris 
y ascender sobre las nubes
un instante

Un pequeño pincelazo del sol en mi cara
pudiese cerrarme los ojos
e incluso arriba sin alas
mi caída sería dichosa

¿Eso es?
o tan sólo tengo frío
y este té tan cálido
y esta barba melancólica 
me hacen parecer triste 
cuando miro la ciudad por la ventana

sábado, 25 de julio de 2015

Lo que le dije a la noche antes de dormirme

Vivo en el desierto
y me vine a la costa

A mi perro le lanzo piedras
y él las busca

Mi compañera y mis hijos 
son la rosa
y la espina si se me fueran

No trabajo como trabajan
pero ven lo que yo veo
Después de un vaso 
o dos 
algunos son más bellos 
de lo que imaginan

Hay violines en el desierto
y miro lo que vieron los muertos 
ahora 
simple arena

No conquistará jamás el hombre 
a la naturaleza
si apenas conoce la suya 
y conquistar es sólo
observar
al fin 

Eso pienso pero siento 
diferente
a veces
cuando el lenguaje de los años
tratan decirme lo que sucede

Y no sucede tanto
sino sólo una cosa:
el presente; 
vértigo de muchas preguntas
pero al fin 
ya sucede
y más tarde debo irme a la cama 

miércoles, 22 de julio de 2015

El propio reino

Con cariño le llamé princesa
y no hubo castillo
ni reyes 
ni corona
pero me conquistó y no arrebató nada para sí
excepto un beso 
cuando creí que mis palabras me llevarían a su boca

Fue un cállate y bésame 
y yo me callé y ella me besó
y cerré los ojos y los abrí en penumbra
para verla con los suyos cerrados

Recuerdo el movimiento de sus labios
como el camino de la oruga en la cereza 
y su lengua apenas asomada 
con la vitalidad de un brote buscando el calor del sol

La volví a mirar y acabó el beso
pero la suave marea de la sangre
constante y armoniosa
seguía deslizándose por mis huesos

Fue breve y la vi partir 
con su chaqueta de cuero desteñida
los zapatos de la escuela 
y su cabello negro como un cielo oscuro sosteniendo una diadema

Yo con amor le llamé princesa
porque la nobleza 
es de todos cuando un beso
nos abre las puertas al reino
de nuestro propio corazón 

lunes, 20 de julio de 2015

Una tarde olvidada en el cielo de Calama

El cielo está purpura
y esto es real como el polvo 
que reseca la piel 

Algo del otro lado del ocaso nos canta 

Mira toda esa tierra derramada como quien se tiende 
cuando todo se derrumba
y no hay consuelo
más que unas gotas de lluvia en la cara

Mira

se mueven las nubes
acomodando los anhelos
tan frágiles en el viento
cual bandera de cuento
resquebrajada por el sol
asciende como un fragmento
de letras que dicen:
todo vuelve a partir

El cielo está púrpura 

y lo veré así por última vez
aunque hayan otros cielos púrpuras 
no volverán a sacar estas tristezas
que mañana levantarán sonrisas
en silencio
detrás de la boca

La tarde está púrpura 

y sólo una vertiente me separa del ocaso
tal vez sea esta leve risa;
rictus y un puente al sol

domingo, 19 de julio de 2015

A propósito del bolero

En cada bar me enamoré y perdí
y gané y lloré y ruboricé el aire para dejarle 
el camino libre al que pudo pararse de la mesa
con dirección a ti
A ti de quien sólo supe
que aún llevabas puesto los ojos de otras noches
que irremediablemente bellos
gritaban bajo el agua cristalina 
vaya a saber qué cosas
pero cegaban
Ahí donde las palabras ya no tienen sombras
y todo decir es un cuerpo desnudo frente al sol

Sí, en cada bar me enamoré y perdí
y gané y lloré
pero yo
no me levanté de la mesa

lunes, 13 de julio de 2015

En este vasto amor

Una pequeña medida de ti
como el rocío que cuelga de la hoja
me basta 
en este vasto amor
que es la mirada sobre un cerro
puesto los ojos en el mar
cuando los botes vuelven a casa
bajo un cielo cobrizo 

Un susurro que sólo oye tu gato
cuando dormida el sueño escapa de tu boca
y levemente asciende tu sonrisa
que es mi ligera fortaleza

Una pequeña medida de ti
es esa luz en un cuarto oscuro
esperando a ser levantada por la bondad de las sombras
que contemplan su inminente destino

Porque me basta de ti
la belleza de tus errores 
cuando sólo viste ripio
yo vi resiliencia
en tus ojos tallados por el infinito  

Porque este vasto amor
no es sólo tuyo
ni mío
pero tanto también es de nosotros
cuando jugamos como niños a enamorarnos 

Recados al tránsito cósmico

No ves que hay cisnes cruzando nubes a los lejos
No ves que el niño cierra los ojos cuando la luz del ocaso lo toca
No ves el árbol más viejo en el barrio de los pobres
develando tesoros en sus hojas como notas

No ves que sucede tanto a lo largo de los años
Las olas siguen cantando la canción del principio
El titilar de la arena
en el brillo de la luna
Sobre una tierra rasa los rayos del sol eran puentes

Acaso no ves que esa sangre derramada
cual un cause
llevó la esperanza más lejos
y la muerte cobró vida
Entre huesos derretidos nació el blanco
que desprenden los sueños 

No ves que no hay tiempo
si escuchas el latir de tu corazón siempre constante
Que no hay noche sin llanto
o llanto sin risa
cuando la inesperada primavera
trinó más dulce después de la tormenta

Entonces
si una luz te vuelve ciega
por qué veo en tus ojos
una mañana intacta 
congelada y liberada por el movimiento de las nubes
como una danza que paraliza el miedo
y el amor

Por qué no giras tu cabeza
cuando no hay nadie que lo haga
en su marcha transitoria 
todos van a la luz
la misma que cegó tus ojos
cuando elegiste el degradado
de todo el negro que formó tu blanco 

Un recuerdo escondido 
en lágrimas como cascadas
congeladas las aguas
un vapor asciende tras tu párpado 

Sobre el ascenso 
tu pupila cristalina 
como un río quieto de mañana
prende sus matices minúsculos
en edades ya vividas 

En tus ojos
constelaciones
cruzan la tierra rasa
hasta los rayos del sol como puentes 
y ves que sucede tanto a lo largo de los años
y los años se van con los segundos

Nada queda después  
del blanco de los huesos
cuando el polvo de los siglos 
cumple su promesa con la nieve

Eres todo en una y nada 
Pero recuerdas
que al menos hay una esperanza en el olvido 
cuando no ves que siempre hay cisnes
cruzando las nubes 
siempre habrá un niño cerrando los ojos
y los árboles y todo aquello que el fuego pudo tocar
te abrirán sendero a tus propias huellas

¿Elegirá ella el camino que le escribo?

sábado, 11 de julio de 2015

Volveré a mis primeras sílabas

Volveré a mis primeras sílabas
hechas todas con el primer aliento del mundo 
o el primer brote de flores 
de mi patio que es todo el desierto

Mis palabras serán nombradas
como lo fueron esa vez
que sin saber leer el viento me dictó
los precipicios de la ese 

Volveré a escuchar el musitar 
de las ballenas en mi sangre
porque también soy del mar
cuando las olas me llevan con ellas 
y sólo recuerdo la espuma
y la luna alejándose en un espejo ondulante
cual sustancia del sueño

Abriré la llave que giré
Beberé del silencio
Saciaré la sed de mí
de estar 
de ser

Volveré a mis primeras sílabas
acaso
no son el balbucear de un niño
en su lenguaje tan simple;
un brote de primeras palabras
el primer aliento del mundo
un nuevo mundo



sábado, 4 de julio de 2015

Una ciudad no tiene rostro ni nombre

Vivo en aquel lugar a los pies de un cerro
donde me es permitido mirarla desnuda tendida en la arena 
mientras el mar le borda un vestido de espuma blanca
que el viento desgarra
con la sutileza que desprende la espuma de la roca 

Vivo en una ciudad sin nombre aunque quieran llamarla
Ella se llama así misma con todas las voces
una medida imperceptible de vino en la copa
una mirada hacia adentro más adentro de la noche 

Se abriga con el sol y su propia luz 
aunque no le permitan ver las estrellas

Tiene los ojos de un niño ya de hombre 
escuchando el canto de su madre

También un tren partiendo el pan de los pobres
en la mesa de los ricos 
donde sólo un gorrión no escucha diferencia y canta 

Vivo en un milagro detrás del cerro
en una ciudad sin rostro 
porque una ciudad no tiene rostro
ni nombre 
una ciudad es una tienda de espejos 
un dominó infinito siempre en marcha
un pequeño recuerdo   
en el corazón de un viajero
que la mira desde lejos como yo esta noche