No ves que hay cisnes cruzando nubes a los lejos
No ves que el niño cierra los ojos cuando la luz del ocaso lo toca
No ves el árbol más viejo en el barrio de los pobres
develando tesoros en sus hojas como notas
No ves que sucede tanto a lo largo de los años
Las olas siguen cantando la canción del principio
El titilar de la arena
en el brillo de la luna
Sobre una tierra rasa los rayos del sol eran puentes
Acaso no ves que esa sangre derramada
cual un cause
llevó la esperanza más lejos
y la muerte cobró vida
Entre huesos derretidos nació el blanco
que desprenden los sueños
No ves que no hay tiempo
si escuchas el latir de tu corazón siempre constante
Que no hay noche sin llanto
o llanto sin risa
cuando la inesperada primavera
trinó más dulce después de la tormenta
Entonces
si una luz te vuelve ciega
por qué veo en tus ojos
una mañana intacta
congelada y liberada por el movimiento de las nubes
como una danza que paraliza el miedo
y el amor
Por qué no giras tu cabeza
cuando no hay nadie que lo haga
en su marcha transitoria
todos van a la luz
la misma que cegó tus ojos
cuando elegiste el degradado
de todo el negro que formó tu blanco
Un recuerdo escondido
en lágrimas como cascadas
congeladas las aguas
un vapor asciende tras tu párpado
Sobre el ascenso
tu pupila cristalina
como un río quieto de mañana
prende sus matices minúsculos
en edades ya vividas
En tus ojos
constelaciones
cruzan la tierra rasa
hasta los rayos del sol como puentes
y ves que sucede tanto a lo largo de los años
y los años se van con los segundos
Nada queda después
del blanco de los huesos
cuando el polvo de los siglos
cumple su promesa con la nieve
Eres todo en una y nada
Pero recuerdas
que al menos hay una esperanza en el olvido
cuando no ves que siempre hay cisnes
cruzando las nubes
siempre habrá un niño cerrando los ojos
y los árboles y todo aquello que el fuego pudo tocar
te abrirán sendero a tus propias huellas
¿Elegirá ella el camino que le escribo?
1 comentario:
es un claro entre las notas crisálidas
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